"Mi cuerpo se sentía a gusto sobre el calor de la arena. Tenía los ojos cerrados, los brazos abiertos, desdobladas las piernas a la brisa del mar. Y el mar allí enfrente, lejano, dejando apenas restos de espuma en mis pies al subir la marea (...)Era temprano. El mar corría y bajaba en olas. Se desprendía de su espuma y se iba, limpio, con su agua verde, en ondas calladas.
-En el sólo me sé bañar desnuda -le dije. Y él me siguió el primer día, desnudo también, fosforescente al salir del mar. (...) Volví yo. Volvería siempre. El mar moja mis tobillos y se va; moja mis rodillas, mis muslos; rodea mi cintura con su brazo suave, da vuelta sobre mis senos; se abraza de mi cuello; aprieta mis hombros. Entonces me hundo en él, entera. Me entrego a él en su fuerte batir, en su suave poseer, sin dejar pedazo.
- Me gusta bañarme en el mar -le dije.
Pero él no lo comprende.
Y al otro día estaba otra vez en el mar, purificándome. Entregándome a sus olas".
Susana San Juan a Pedro Páramo, Juan Rulfo
4 comentaris:
Quines sensacions més boniques...
Tota la novel·la és un regal per als sentits i per a la ment.
Salut i Terra
Bonissim, Núria :-)
és una obra esplèndida, és cert, i aquest fragment és especialment bonic :)m'alegra saber que coincidim.
Una abraçada
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